Estamos en una era marcada por el cambio, en este escenario, la inteligencia aplicada ha surgido como una excelente oportunidad para potencializar el rendimiento de las organizaciones a partir de “llevar la capacidad de las máquinas al terreno de lo humano, uniendo tecnología y personas”.
Hacer uso de esta práctica, funcional para todo tipo de organizaciones, brinda agilidad y velocidad de mejora a los negocios al permitirles tomar decisiones de forma más certera y, por ende, aplicar los cambios necesarios más rápidamente. Este tema está revolucionando la manera de hacer negocios y colaborar, lo cual es sumamente necesario en el actual mundo de los negocios, ya que cada vez es más digital e integrado.
Comencemos por decir que hay varios componentes involucrados en hacer que la estrategia de la inteligencia aplicada funcione. Por un lado, está el elemento tecnológico, con innovaciones que ayudan a detectar patrones y dimensiones que la mente humana no puede ver y, por otro lado, se encuentran los científicos de datos, ingenieros de datos, personal de TI, usuarios, entre otros; es decir, el lado humano.
Un paso igual de importante es unir a las personas correctas con la tecnología, manteniendo a los diferentes participantes involucrados a lo largo de todo el proceso, para que haya la mayor transparencia, claridad y comprensión acerca de las respuestas y directrices que las máquinas sugieren con base en el análisis de los datos.
Por supuesto que tener éxito al aprovechar la inteligencia aplicada requiere una estrategia bien pensada. Por ejemplo, no conviene tratar de activar todos los datos a la vez, sino que es aconsejable comenzar con el principal problema de negocios que se tenga y localizar los datos relacionados con él, partiendo de cómo se obtienen, qué se puede hacer con ellos y cómo conviene medirlos. Por esto, soy enfático en señalar que el ser humano es una parte esencial de la ecuación para guiar en torno a la forma de explotar la información: de lo que se trata es de conseguir una cadencia entre máquinas y humanos, una total compaginación, confianza y colaboración, y cuando esto se logra se abre un mundo completamente nuevo para las empresas.
Al hablar de un trayecto de prueba y error se requieren ajustes para encauzar la iniciativa según la forma en que cada organización maneja su negocio, lo cual es esencial para adoptar el aprendizaje automático de manera efectiva.
Para triunfar en la iniciativa, el ingrediente de la colaboración tiene un rol crucial, incluso más que los datos mismos. Lo que está en juego es el futuro del negocio, y éste no va a depender de que se encuentre un patrón interesante, sino de cómo se involucran las personas que están en la primera línea del negocio, las que usan los sistemas que se optimizan gracias a la inteligencia aplicada para apalancar los resultados.
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Un futuro prometedor para las empresas
Aprovechar la inteligencia aplicada es mejorar los resultados comerciales y de negocios; el motor individual más grande para conseguirlo es la colaboración: cuanto mayores sean las partes interesadas e involucradas, mejores serán los resultados. Pero, ¿cómo impulsar este ambiente colaborativo y, con él, la innovación?
Las organizaciones suelen funcionar por departamentos (Ventas, Márketing, Operaciones, Investigación y Desarrollo, Legal, Recursos Humanos, entre otros), y muchas veces estos no se comunican entre sí lo suficiente. Por ello, es necesario que se unan y operen su negocio en conjunto, la confianza es un ingrediente básico: cuanto más confíen las personas en el proceso, más confiarán entre sí, mayor será la información útil y más colaborarán.
Una analítica exitosa no se queda únicamente en medir los resultados, sino que retroalimenta constantemente bajo la idea cuán efectivos son y, además, permitiéndoles comprender mejor, a través de una visibilidad integral, los impactos que pueden tener, sean positivos o negativos. Esto ayuda a la toma de decisiones visibilizando un panorama completo, y “jugar” con los cambios que propone la tecnología para ver, desde un punto de vista humano, cómo mejorar los resultados generales.
ario permitirá romper esquemas. Para las empresas, se trata de un momento prometedor. Todo el potencial de la inteligencia aplicada nacerá de comprender que las máquinas son excelentes procesando datos y haciendo sugerencias desde su aporte. Para ello, el ser humano debe estar totalmente involucrado en el uso correcto de las herramientas.
Se trata de aplicar la Inteligencia Artificial (IA) de forma responsable. Es decir, es una IA que guía al humano para tomar decisiones con transparencia y reuniendo toda la colaboración de la organización, para tomar juntos las mejores decisiones en bien del negocio.
Fuente: Computer Weekly