Por medio de una entrevista radial llevada a cabo por la Ministra de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información, Vianna Maino, dio a conocer que Ecuador contará con un nuevo servicio de telecomunicaciones. Se trata de Starlink, un sistema propiedad del magnate Elon Musk.
Han pasado nueve meses desde que Revista DATTA conversó con Vianna Maino. En ese entonces, la Ministra habló sobre una sorpresa de gran magnitud que tendría el sector de telecomunicaciones en Ecuador
Es así que pocas semanas después de presentar la Agenda de Transformación digital proyectada a 2025, Maino presentó que el sistema Starlink -enfocado en las telcos- que llegaría a Ecuador.
La noticia causó sorpresa en la ciudadanía. No fue algo de extrañar, ya que además de tratarse de un servicio nuevo, Starlink es un sistema basado en un proyecto de satélites que pretende crear una red global de internet de banda ancha y alta velocidad a los lugares de difícil acceso.
¿Cómo funciona Starlink? Los primeros destellos de esta idea se originaron durante 2015. En ese momento, por medio de su empresa Space X, Musk vio una oportunidad en ofrecer un internet rápido y de baja latencia. El magnate proyectaba crear una constelación de naves espaciales situadas en la órbita terrestre baja que proporcione una velocidad de datos notablemente mayor a la actual oferta de servicios de internet satelital.
En 2017 la empresa completó los requisitos regulatorios para lanzar cerca de 12.000 satélites para mediados de la década de 2020. En 2019 se lanzaron los primeros 60, y las estimaciones apuntan que, hasta el momento, cerca de 2.400 están ya en órbita. Democratización tecnológica a través del cual se espera dinamizar el uso de la misma y que sea horizontal a todos los ciudadanos.
El desarrollo comenzó en 2015, y los primeros prototipos de satélites fueron lanzados el 22 de febrero de 2018.
Ahora, ¿por qué la importancia de que los satélites estén en la órbita baja? principalmente para que llegue más rápido. Un dispositivo de este tipo, proveniente de un servicio de internet tradicional, dista a 35.000 km de la tierra. Por su parte, los de Starlink están apenas a 550 km de distancia. Su funcionamiento se basa en la propagación de ondas electromagnéticas, lo que permite reducir el tiempo de recorrido ida y vuelta de los datos entre el usuario y el satélite.
Actualmente, 32 naciones cuentan con el despliegue autorizado, y hay varios más que están en fases de observación y últimos ajustes. Por ejemplo, Honduras ya avaló su operación.