La crisis de los chips lleva dos años con nosotros y, a medida que pasa el tiempo, van saliendo a la luz datos que nos permiten comprender mejor este complejísimo fenómeno. Recientemente, un análisis de la SIA permitió identificar que se están fabricando más semiconductores que nunca, pero que son insuficientes para satisfacer la alta demanda. Ahora sabemos que los esfuerzos por aumentar la producción tienen una enorme limitación, al menos en Taiwán: la falta de personal cualificado que trabaje en las fábricas.
Esta pequeña nación insular, ubicada a 180 km al este de China, es el epicentro de la fabricación mundial de semiconductores avanzados. Dentro de sus fronteras operan compañías como TSMC y MediaTek, gigantes de la industria que planean contratar un total de 10.000 empleados para diferentes puestos a lo largo de este año. Sin embargo, advierten, según Nikkei Asia, que es cada vez más difícil conseguir talento, una situación que se agrava a medida que el número de graduados en ingeniería y electrónica se reduce.
Podría interesarte: IBM se une al grupo japonés Rapidus para fabricar 'chips' de nueva generación.
Para hacernos una idea, Taiwán tiene aproximadamente 23,4 millones de habitantes. En 2019, la industria de los semiconductores empleaba 225.000 personas y a finales del año pasado este número se había elevado a más de 290.000, según según el Instituto de Investigación Económica de la Nación. Y todo parece que indicar que esta expansión continuará, aunque a menor ritmo del esperado, debido a la escasez de, no de componentes propiamente dicho, sino de mano de obra cualificada.
Si bien entre las vacantes hay puestos menos técnicos para las líneas de producción y otras áreas de las fábricas, el principal inconveniente está en encontrar a especialistas en microelectrónica. Esta situación se produce cuando, sorprendentemente, el número de graduados se ha estado reduciendo. Ante el apetito de talento, muchas compañías intentan seducir a los estudiantes para contratarlos, incluso antes de que se gradúen